Espíritu en el Lienzo

Arte

 

Leonardo Da Vinci es de los artistas más conocidos por la gran popularidad de sus pinturas, aunque su obra no es tan extensa como la de otros. Se le atribuyen menos de 30 cuadros; y aun así, la mayoría se consideran patrimonio de la humanidad. Como decía Leonardo, “un buen artista tal vez hará pocas obras, pero todo el mundo se detendrá a mirarlas”.

 

Lo más característico de este genio renacentista fue su innovación en la técnica pictórica del esfumado (sfumato), que consiste en superponer capas de pintura de distinta opacidad con el fin de generar efectos de luz y profundidad en sus obras.

 

Poseía un profundo conocimiento de la anatomía humana y animal; esto, aunado a su atención al detalle y la perfección de todos los elementos le permitió dar una calidad única al resultado final. Sus paisajes misteriosos, profundos y mágicos encuadran la complicada composición humana que expresa un abanico de emociones y símbolos en los ojos, manos y gestos.

 

 

A pesar de que Leonardo daba un cuidado minucioso a la proporción y realidad de las formas, para él, el arte tenía el poder de trascenderla realidad, no solo reflejarla. El arte debía reflejar la verdadera esencia de las cosas.“Tomar una esponja llena de pintura y manchar un lienzo es muy fácil, pero plasmar la realidad, reflejar el espíritu perfecto de aquello que se pinta… no  lo hace cualquiera”.